sábado, 10 de noviembre de 2007

CON LA FUERZA DE LA RAZÓN



Guillermo Martín Rodríguez
Sábado 10 de noviembre del 2007

Acabo de abrir este Blog con la intención de intercambiar opiniones y debatir cuestiones de una manera abierta, serena y seria. Me mueve a ello el hecho de ver que la racionalidad, característica fundamental del ser humano, sea tan poco usada en un país como el nuestro, España, en el que los señores que lo gobiernan han cometido una serie de tropelías que no tienen nombre. Y lo peor del caso es que piensan seguir en la misma línea.

Pero no adelantemos acontecimientos, ya que todos estos temas y muchos más irán saliendo poco a poco. Es normal que las opiniones que se expresen aquí no sean todas coincidentes; sería muy aburrido y no tendría objeto ninguno el confrontarlas ya que no se enriquecerían entre sí, al ser iguales; no habría progreso ni dialéctica alguna.

La dialéctica, entendida, según su etimología griega, como el arte del diálogo y de la discusión, es fundamental. Se trata, por tanto, de que cada uno exprese sus ideas, sus opiniones sobre los diversao temas que se vayan proponiendo, de una manera racional, animada, apasionada, si se quiere, pero siempre en los límites de la moderación del lenguaje y evitando todo aquello que de alguna manera pueda ofender a alguien o a algunos. El derecho a la libre expresión de la propia opinión no nos debe empujar a pisar a los demás en sus valores y creencias. Por tanto, nuestra forma de dialogar y discutir, dialécticamente, debe ser realizada artísticamente. En ella debe reinar la elegancia, la belleza, la caballerosidad, la sinceridad y la mano tendida. Todas esas cualidades que hacen que cada hombre sea estimado y apreciado por la sociedad en que vive y, más en concreto, por las personas que le rodean o le conocen de alguna manera.

Se pueden someter a discusión, a diálogo constructivo todo tipo de temas, siempre que, de alguna manera, sean de interés y de actualidad. No olvidemos que el hombre, por el mero hecho de serlo, arrastra consigo una serie de problemas, de misterios, de incógnitas que ahondan sus raíces en los comienzos de su existencia. Con esto quiero decir que no podemos pretender dar solución a todos los temas que nos planteemos, pero sí que podemos contribuir al desarrollo, al crecimiento de la humanidad. Y no importa si nuestra aportación puede parecer exigua, mínima o, incluso, nula. Lo importante es participar, de la manera que esté a nuestro alcance, en esta empresa estupenda que es la vida. La vida vivida en la comunidad de los hombres y mujeres que nos rodean. La vida conservada, aliviada por todos y para todos. Una vida vivida con alegría, pero sobre todo con la satisfacción de saber que se ha hecho todo lo posible por parte de cada uno para que nuestros contemporáneos y las generaciones futuras alcancen un estadio más elevado de convivencia en el que la paz, la justicia y la solidaridad sean siempre los motores que muevan la historia.

Espero que este Blog, que me he atrevido a abrir, sirva para algo, al menos para comunicarnos e ijntercambiar opiniones en un ambiente de diálogo constructivo y en el que todos puedan exponer los problemas que los inquietan y para los que buscan solución. Y si alguno de los participantes puede iluminar el sendero, más o menos escabroso, más o menos oscuro por el que otros van encaminados, tanto mejor.

Por el momento, queridos amigos y amigas, eso es todo.
En espera de veros por aquí y de empezar juntos una nueva singladura, os saludo cordialmente.

Os espero con ilusión

Martín de Aravalle

2 comentarios:

Alejandro dijo...

Aunque un poco tarde (estamos en febrero de 2009) recibo esta misiva. Me llega su contenido con mucha gratitud y una expectativa pletórica de buenos augurios.

La propuesta del autor no puede ser mas esperanzadora, y merece un agradecimiento firme de sus lectores. La invitación que hace a "plantear temas" y a discutirlos en un marco de respeto, elegancia y planteamientos constructivos no es nada desdeñable, sobre todo ahora, que por nada, crecidos en los derechos propios y en la razón única,"sólo nuestra", somos capaces de cualquier violencia.

La lectura de esta carta de presentación es ya una lección relevante para encarar eso de la "Educación para la Ciudadanía".

Gracias, Don Guillermo, y un abrazo.

Cele

MartindeAravalle dijo...

Hace tiempo que espero establecer una relación dialógica con personas interesadas en profundizar el sentido de la vida, la razón de ser o la necesidad de que no sea, por ejemplo la política y derivados. ¿Cuál es el verdadero sentido de la democracia? Alguien la define así: "Democracia es una forma de organización de grupos de personas, cuya característica predominante es que la titularidad del poder reside en la totalidad de sus miembros, haciendo que la toma de decisiones responda a la voluntad colectiva de los miembros del grupo".
Idealmente hablando no está mal como definición. Pero responde verdaderamente a la voluntad colectiva de los miembros del grupo?
Como se sabe, no se trata de grupos, sino de pueblos, de naciones, al frente de los cuales, generalmente se encuentran personas con un fuerte poder económico. Véase, por ejemplo Italia, donde Silvio Berlusconi no sólo está al frente del Gobierno de la Nación, sino que es dueño de tres emisoras de televisión, de varios periódicos y revistas de tirada nacional, con acciones en doversas empresas y medios de comunicación social; dueño también de una cadena de supermercados y un largo etc.
Sé que esto no ocurre en todas las naciones ni mucho menos, pero es un botón de muestra de los que puede suceder. Y no hablemos de los magnates árabes.
Los medios de comunicación hablan de que la riqueza sigue acumulándose en pocas manos mientras que la pobreza se extienda cada día más. En una palabra: los ricos más se enriquecen y los pobres más se empobrecen.
Una de las armas más potentes en la lucha por la democracia y en pro de los efectos positivos de la misma (la democracia, tal como se está desarrollando hoy, es, desde mi punto de vista es el menor de los males)es la opinión pública. Creo que este es un tema capital al que deberíamos dedicar un poco de nuestro tiempo. Es necesario ayudar, contribuir a la formación de una seria opinión pública, donde el centro de la misma sea persona humana.Sólo debe contar el bien común, el hombre como ser creado por Dios a su imagen y semejanza. Debe pensarse en su desarrollo humano, cultural, económico, de bienestar, de salud, de progreso en todos los órdenes.
Pero ¿quién elabora la opinión pública? ¿En manos de quién están los instrumentos que la forman y la expanden inundando con sus cantos de sirena las mentes de nuestras gentes? ¿Cuáles son las intenciones reales de los que manejan los medios de información que la esculpen en el interior de las masas? ¿De qué medios disponen estas masas para contrastar esa opinión impuesta desde esos medios poderosos de difusión de lo que se denomina pensamiento único? ¿A quién favorece esa filosofía barata e irracional con que se envenena las inteligencias y los corazones?

Son muchas las preguntas que pueden formularse. Cada una de ellas responde a una realidad dramática, por no definirla trágica.

Queridos amigos, ¿sería posible crear una corriente liberatoria de la opinión pública? ¿Sería posible que este se fortalezca hasta el punto de que se autoelabore y pueda, de alguna manera, prescindir de las nocivas fuentes que la alimentan en estos momentos?

Es una piedra que lanzo en un estanque de aguas falsamente calmas con la intención de alborotarlas y hacer que aflore a la superficie todo eso que emponzoña sus profundidades. Porquería que el estanque no produce. Son basuras que, desde fuera alguien arroja dentro.
¿Será posible purificar las aguas de la opinión pública? Todo lo humano es perfectible.

Con este fin abro este diálogo. Estoy seguro de que no me van a faltar interlocutores.

Guillermo Martín Rodríguez